Fue el primer ejercicio de alianza regional. Liderada por los grupos políticos departamentales, se conformó con la intención de representar los intereses de los departamentos caribeños en el contexto nacional. Los empresarios, medios de comunicación y sociedad civil en general, observaron que los cambios administrativos al interior del gobierno nacional amenazaban con eliminar algunas políticas beneficiosas para la economía regional, tales como: los recursos para inversión en el río Magdalena, las barreras comerciales beneficiosas a la industria naciente del Caribe, las concesiones de refinerías petroleras a privados y la pugna por el monopolio de la sal.  La Liga presionaba por una mayor descentralización y representación política, la reforma constitucional de 1910 había afectado considerablemente la capacidad política de la región.  Fue un ejercicio de balance de intereses, los grupos industriales y ganaderos tenían, hasta este momento, las mismas intenciones. La Liga Costeña se disuelve para 1922, cuando un nuevo gobierno atiende algunas de sus demandas y se desalinean los intereses de los empresarios regionales. 

La alianza regional no será parte de la agenda gubernamental durante este periodo.   La Misión Lebret (1957), comisionada para estudiar el problema del desarrollo en Colombia, propuso un plan regional para atender las necesidades económicas de las regiones. Este plan no se implementaría.  En el marco de la planeación del desarrollo en Colombia, el reconocido economista Lauchlin Currie propuso su Programa de Desarrollo Económico del Valle del Magdalena, el Norte de Colombia y el Atlántico (1960), el cual no fue atendido por ningún actor político y/o empresarial, y se trató como un documento académico. Currie hacia énfasis en lograr soluciones de industrialización, urbanización, vivienda y generar mayores empleos.  La planeación regional estuvo supeditada a la planeación nacional, por lo que el…

Tras varias décadas de manejo administrativo separado, y notándose ya los diferenciales en el nivel de desarrollo y de importancia en la agenda nacional, surge la Asociación de Departamentos de la Costa Atlántica y la Intendencia de San Andrés en 1974, con el objetivo de promover el desarrollo de la región, mediante la integración y la coordinación de sus esfuerzos y recursos para lograr un progreso racional, armónico y equilibrado.  De este surgió el Sistema Integral de Planificación Urbana y Regional (SIPUR), que alcanzó a proyectar un escenario regional y realizar estudios de diagnóstico e inversión. El SIPUR desaparece en 1983 por falta de recursos, el incumplimiento de los departamentos y su desvinculación con los organismos nacionales de planeación. 

El ejercicio del SIPUR es recuperado en el marco del segundo Foro de la Costa Atlántica, realizado en 1982, del cual surge el Consejo Regional de Planificación de la Costa – CORPES C.A., este se planteó como un ente para elaborar un Plan de Desarrollo Regional. Este plan fue coordinado por la Corporación Eléctrica de la Costa (Corelca). Oficialmente surge en 1985, y la Constitución de 1991 le da vida hasta el año 2000.  El CORPES permitió pensar la región desde su potencial. Pero su fracaso respondió más que…

Fue un acuerdo regional donde los dirigentes de la región, a partir del diagnóstico realizado en un taller convocado por el Centro de Estudios Económicos Regionales del Banco de la República, el Observatorio del Caribe Colombiano y Fundesarrollo.  El acuerdo buscaba erradicar las disparidades regionales a través de 11 compromisos, relacionados con la superación de la pobreza, mejorar condiciones productivas y el acceso de oportunidades sociales. La premisa fundamental era lograr una vinculación ciudadana y renovación de liderazgos regionales que permitieran disminuir la dependencia centralizadora del país a través de una dirigencia comprometida, con recursos que vinieran a un fondo de compensación regional.   Sin embargo, pese a la intención positiva de este acuerdo no prosperó por la falta de vinculación de la dirigencia política, los gremios y la sociedad civil que permitiera materializar la propuesta. 

Por más de una década, algunos líderes de la región presionaron por la creación de mecanismos para establecer el Caribe como una región de Colombia. Basados los artículos 306 y 307 de la Constitución de 1991, que establece la posibilidad de los departamentos de conformar regiones, ya fueran Regiones de Administración y Planeación (RAP) o Regiones como entidad territorial (RET).  En este marco, se propuso el Voto Caribe en 2010, como un mecanismo electoral para garantizar el apoyo popular a los esfuerzos organizacionales. Así, se recibieron 2.5 millones de votos. Pero este ejercicio democrático no tuvo la característica deliberativa para poder fortalecer la regionalización, dado que fue más un ejercicio pedagógico. Destacó de este esfuerzo que recibió amplio apoyo por parte de la sociedad civil, política, empresarial y académica.  

Posterior al intento de Compromiso Caribe, se restableció la iniciativa conformada principalmente por actores académicos, empresariales y de la sociedad civil. En un ejercicio por materializar y costear los retos de superación de la pobreza a nivel regional, una comisión de académicos de diferentes universidades y centros de pensamiento plantearon que, para mejorar problemas asociados a salud, educación, agua potable, desnutrición se requerían US$16,5 mil millones entre 2018 y 2030,…

Tras el voto Caribe se esperaba una rápida organización del Caribe como RAP. Esto se logró en 2017, cuando el congreso aprobó la RAP Caribe, integrada por los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre. La Federación Nacional de Departamentos (FND) desempeñó un papel determinante en el proceso de autonomía regional.  El funcionamiento de las RAP se hace con cargo a los recursos o aportes que las respectivas entidades territoriales que la conformen destinen para ello, y los incentivos que defina el Gobierno Nacional. A octubre de 2022, la RAP Caribe aún permanece sin implementar políticas y/o proyectos regionales.  Una vez implementada se puede pensar en convertirse en Región como Entidad Territorial (RET) y someter la ley aprobada por el Congreso a referendo de los ciudadanos de los departamentos que conforman la región.  

Construir sobre lo hecho por otros grupos es nuestro objetivo, como también lo es crear espacios para que dirigentes políticos, empresarios, académicos y ciudadanos, puedan aportar sus ideas y propuestas para construir el desarrollo del Caribe.